Una noche un alma
quiso ser de piel
para besarte la sien
para robarte la calma.
Ese alma en almoneda
se ofertó a Belcebú
confiada en que tú
le secuestraras la pena.
Al conseguir encarnarse
descubrió, con asombro,
por encima de su hombro
tu alma derramarse
en versos transparentes,
en lágrimas de tinta,
en llamas casi extintas,
en delirios dementes.
Hoy comparten el universo,
ese gran espacio difuso,
silente, ardiente y confuso
donde se enlazan eternos.
Ahora ocupamos un lugar
entre el espacio y el tiempo
aunque, a veces, sea invierno
nunca nada es vulgar.
quiso ser de piel
para besarte la sien
para robarte la calma.
Ese alma en almoneda
se ofertó a Belcebú
confiada en que tú
le secuestraras la pena.
Al conseguir encarnarse
descubrió, con asombro,
por encima de su hombro
tu alma derramarse
en versos transparentes,
en lágrimas de tinta,
en llamas casi extintas,
en delirios dementes.
Hoy comparten el universo,
ese gran espacio difuso,
silente, ardiente y confuso
donde se enlazan eternos.
Ahora ocupamos un lugar
entre el espacio y el tiempo
aunque, a veces, sea invierno
nunca nada es vulgar.
Pdta: Está dedicada a ti, pero no te voy a nombrar porque no sé si está a tu altura.