miércoles, 16 de abril de 2008




Tu espejo es un sagaz
te sabe poro a poro
te desarruga el ceño
te bienquiere

te pule las mejillas
te despeina los años
o te mira a los ojos
te bienquiere

te depura los gestos
te pone la sonrisa
te transmite confianza
te bienquiere


hasta que sin aviso
sin pensarlo dos veces
se descuelga del clavo
te destroza




3 comentarios:

Ego dijo...

No me apetece contarle nada al espejo. A pesar de que con las revistas regalan muestras de crema hidratante al caviar. La lucha de las eufemísticas 'líneas de expresión' la ganaron ellas. Pero, como A. me ha dicho que ella sí se vendría a Atenas, a estas horas sólo me queda la esperanza de que alguien me escriba un verso, o de que el chocolate me dé un abrazo.
Un (b)eso(te)

Morgenrot dijo...

Los espejos tienen sus días y sus horas, como nosotros, los humanos que en aquellos nos reflejamos.

Un espejo roto, mal presagio.

El espejo del que hablas no debería haberse roto.

N.b.: me miro mucho a los espejos, debo ser presumidilla.

Luna Carmesi dijo...

Revisaré esa sujeción.
No voy a permitir que se caiga... mi espejo